El 22% de los extranjeros denunció billetes falsos, demoras imprevistas y pérdida del equipaje en micros de larga distancia. Al tope de los reclamos también están los delitos y los problemas en los comercios.
Aún con virtudes como la hospitalidad, la diversión nocturna y la variedad gastronómica, el combo que les ofrece Buenos Aires a los turistas también acarrea la inseguridad y la famosa “viveza criolla” mal entendida. En el último relevamiento elaborado por la Defensoría del Turista de la Ciudad, órgano dependiente de la Defensoría del Pueblo, crecieron las denuncias por delitos y problemas en medios de transporte y comercios.
De las 2.693 denuncias registradas entre noviembre de 2010 y mayo de este año, el 22,69 por ciento fue por los servicios básicos de la estadía: transporte y comercios. “Algunas personas denunciaron que les dieron billetes falsos en los taxis o que el chofer realizó un viaje más largo de lo que requería el trayecto. También recibimos quejas por la suciedad en los subtes y colectivos, pérdida del equipaje en micros de larga distancia y demoras imprevistas”, enumeró el defensor José Palmiotti.
En los comercios, explicó, las quejas son diversas: “Poca claridad en las promociones, omisión de la factura y diferencia de precios”. En este rubro, la entidad incluye las irregularidades en los bancos: “Falta de billetes en los cajeros o inconvenientes con el límite de extracción; extravío de la tarjeta de crédito, etcétera”.
El problema de la inseguridad, paradójicamente, no discrimina entre razas, religiones ni nacionalidades. El 8,32% de los turistas sufrió robos, hurtos o estafas. La Defensoría, que en muchos casos oficia de intermediario, le da la opción al visitante de acompañarlo a la comisaría o al consulado si tiene que reponer el pasaporte o un documento.
Muchas de las estafas se enmarcan dentro de las cuestiones netamente turísticas (7,09%), llámese hotelería o agencias de viajes. Un ejemplo es Marcel Quijado, español de 24 años, que desde enero vive en un hostel de San Telmo porque el departamento de Palermo que había contratado por Internet antes de llegar, oh casualidad, resultó ser que no existía.
Otros extranjeros protestaron por la información errónea de las agencias de viajes, que está penado legalmente; publicidad engañosa de hosterías o residencias, inconvenientes con la reserva e incumplimiento del contrato (por ejemplo: acuerdan tres excursiones y hacen dos).
Cuando el conflicto es entre el turista y los actores del sector privado, la Defensoría toma cartas en el asunto y actúa de oficio. Del mismo modo, cuando el problema es en el ámbito público, aspira a entablar una mesa de diálogo para llegar a un acuerdo. oficio. Del mismo modo, cuando el problema es en el ámbito público, aspira a entablar una mesa de diálogo para llegar a un acuerdo.
Fuente: larazon.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario